Aunque La muerte de Amalia Sacerdote le valió a Andrea Camilleri, creador del comisario Montalbano, el II Premio de Novela Negra de RBA, él no presenta una novela negra, sino una novela histórica.
Dicen los italianos que su patrimonio nacional es la pasta, la Iglesia y la familia, y es que un asesinato nada vale cuando salpica a alguna de las más poderosas familias sicilianas. La muerte de Amalia Sacerdote es poco más que una anécdota en este entramado de intereses y favores que constituye la trama de la novela. Diputados corruptos, banqueros que no lo son menos, deshonestos policías... son algunos de los personajes con los que tendrá que lidiar Michele Caruso, director de la cadena pública RAI en Palermo, amante cornudo cuya vida personal y profesional no es ajena al caso.
Estoy de acuerdo con el autor en que no se trata de una novela negra, una novela policíaca propia del género. Más bien es una novela de actualidad histórica, con la que se puede comprender hasta donde llega la mafia y la corrupción en Italia. La historia constituye el retrato de una sociedad. Una excelente imagen de la condición de un país, que me ha ayudado a comprender las noticias estrambóticas que cada día reproducen los medios de comunicación. La muerte de Amalia Sacerdote es una novela basada en hechos mucho más reales de los que hace constar Andrea Camilleri en su epílogo, a modo de disculpa, en el que se transluce un cierto temor.
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