9 de diciembre de 2013

De tapas por Vejer

Algo que viene siendo habitual en el puente de la Constitución y la Inmaculada es la Jornada de Puertas Abiertas de Vejer de la Frontera, en Cádiz. Un municipio que domina la laguna de la Janda y el Estrecho de Gibraltar y que ha sido considerado recientemente como uno de los más bellos de España.

Vejer, pueblo abierto

Vejer rebosa tradición y buen hacer por sus calles. El sol inunda cada rincón aportando luz a las macetas que florecen en los patios de vecinos y fachadas de viviendas. Sus molinos de viento son el testimonio de una tierra que ha sabido aprovechar todo su potencial protegiendo el medio natural, como el cercano Parque Natural de la Breña.

En esta Jornada el Ayuntamiento, encabezado por Pepe Ortíz, abre las puertas de edificios y monumentos invitando a conocer lo que Vejer reserva a sus visitantes. Desde el punto más alto que se disputa la Iglesia del Divino Salvador, en cuyas hornacinas se están incorporando obras de arte restauradas y abandonadas durante la guerra; junto con las almenas del castillo, donde los scouts se afanan por proteger el patrimonio. A lugares y rincones que nos acercan a novedosos edificios como el Cine san Francisco o el renovado mercado homónimo.

Pero lo que ha impulsado a miles de personas a visitar Vejer estos días ha sido la concurrencia de otros dos acontecimientos.

Ruta de la tapa

De una parte el rastro que habitualmente se celebra cada primer domingo de mes, en el que objetos que tuvieron otro dueño se alternan con antigüedades magistralmente conservadas. Un mercado en el que es posible conocer parte de la artesanía de la zona, comprar libros, buscar el disco de nuestra infancia o adquirir alguna prenda de ropa para renovar el armario.

De otra parte la gastronomía ha ayudado a abrir las puertas de Vejer. Coincidente con el puente se ha celebrado un año más la Ruta de la Tapa. Desde bien temprano Conejito preparaba su "Carrillada ibérica con calabazas y ragut de setas", mientras el Puerta daba sus últimos toques a la "Minihamburguesa de retinto", carne de amplia estima en estas tierras. El paseo gastronómico nos llevó por la cocina italiana de manos de La Morita y El Arriate, y nos adentró en la tradición vejeriega con el "Almuerzo campero" de El Central.

Tras probar algunas de las veinte y tres tapas que regenerosamente se cervían con el preciado líquido dorado de blanca espuma, llega el momento de cambiar de tercio. El Mastrén, una heladería ubicada en una antigua panadería junto al Mercado de abastos nos deleitò con un sugerente postre: Semifrío de queso con cobertura de Amarera, ideal para degustar al calor de un café.

Una experiencia cultural y gastronómica muy aconsejable para los amantes de estos pequeños pueblos habitados por grandes personas.

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