La novela policiaca a menudo nos lleva a descubrir la mayor sinrazón del género humano, la crueldad contra los iguales, asesinatos sin piedad en los que la víctima pierde toda condición de persona, para convertirse en un objeto. Por eso, cuando me he encontrado con esta novela, había olvidado que la muerte también puede ser cómica, humor negro que lo llaman.
El pasadizo del Deseo, de Dominique Sylvain, trae aires nuevos a la novela negra actual. La primera entrega de una trilogía protagonizada por una esperpéntica pareja. En París, una agente de la policía ya jubilada, a la que le sobran los kilos y le falta la vergüenza, toma como compañera a una masajista americana. Ambas constituyen una pareja de investigadoras poco habitual en el género; aportan un perspectiva cómica, un toque de humor, a la sinrazón del asesinato.
La historia en sí es como otras muchas. Una chica inocente es asesinada brutalmente, y los indicios apuntan al culpable equivocado. Lazos de amor, amistades peligrosas, inmigración y prostitución infantil son los ingredientes de esta novela que deja con ganas de más. No en vano ha sido galardonada con dos merecidos premios, a una autora que se presenta como la revelación de la literatura negra.
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