5 de marzo de 2013

Juan en el misterio de Cristo y de la Iglesia I


Durante el tiempo de Cuaresma, este blog no será escaparate de mi reflexión y opinión, sino que publicaré una serie de artículos sobre la figura de San Juan Apóstol.
Doce apóstoles como doce tribus. Al igual que Israel, Cristo se acompañaba de doce hombres, doce pilares donde fundar el proyecto eclesial. Como en las tribus, también en el grupo de los doce destacaban unos sobre otros. Los evangelios confieren mayor peso social a algunos pocos discípulos. Es el caso de Pedro y Juan.

La labor de Juan en el misterio cristiano es una de las más destacadas por las primeras comunidades. Su persona se escribe en los evangelios en cuatro pasajes diferentes.

La vocación de Juan

El primer pasaje en que se menciona a Juan se encuentra en el evangelio de Mateo (Mt 4, 21)
"Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó."
Después de que Jesús convocase a Simón y su hermano Andrés, se dirigió a los hijos de Zebedeo; Santiago y Juan. Ambos pescaban con sus padres cuando fueron invitados a cambiar el objeto de sus capturas y las redes que utilizaban.

Juan es el cuarto hombre al que Cristo añade a sus filas, en perspectiva de constituir el proyecto de Dios. Según las investigaciones exegéticas, Juan sería el más joven de los apóstoles. Hombre adolescente, cuya experiencia vital se reducía a labores de pesca en la ribera del mar de Galilea. Mas comprometido con la llamada de Cristo:
"Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron"
Juan se desprende de sus bienes, su familia, su oficio; y acepta la invitación de seguir a Cristo. Abandona su modo de vida para entregarse a la orden de un desconocido que le ha abordado. Con la misma facilidad, aparentemente, abandona a su padre Zebedeo. No obstante, la exégesis revela que la familia de Zebedeo debió convertirse pronto, pues en posteriores pasajes aparecen declaraciones de lamadre de Juan (Mt 20, 20).

Los cuatro primeros apóstoles; entre los que se encuentra Juan; suponen la primera pieza del motor que concurrirá en la comunidad eclesial. Serían claves y acompañarían al Mesías en su labor de predicar la Buena Nueva por las tierras de Israel.

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