31 de enero de 2014

Los redactores de TVE mienten

La disyuntiva entre redactores y la marina no llega a su fin ni con el paso del tiempo, ni con la cada vez más abundante información disponible para crear una noticia. Entiendo que el trabajo de un redactor es difícil, porque yo me dedico a la profesión y sé que hay que buscar mucha información para rellenar una página en blanco. Hay que ser un redactor experimentado para superar la inquietud y el síndrome del folio blanco, al que hay que bañar con tinta. Pero la experiencia viene a demostrar que, a pesar de la cantidad de páginas web e información disponible, los redactores de informativos siguen cometiendo graves errores a la hora de comunicar una noticia relacionada con el mundo de la marina mercante y la náutica.



La última indignación al respecto aconteció en el día de ayer, 30 de enero, al escuchar al periodista de turno (que por otra parte presenta el telediario al que soy fiel), anunciando que un barco había encallado en un puerto por la impericia de su capitán. Quizás no fueran las palabras exactas, pero sí el mensaje. En ese momento abandoné las labores culinarias que me ocupaban y me fijé en la imagen. La reproducción del vídeo la había visto precisamente en el mismo día en una página de marinos mercantes profesionales, en la que lleva colgado más de una semana. Y en la que se anuncia la verdad: que el barco estaba destinado a desguace (al igual que los que están varados junto a la nueva mole).


Aunque la Unión Europea insiste en el cuidado del medio ambiente y se muestra firme con la contaminación marina, algunos países sin escrúpulos hacen la vista gorda. La varada voluntaria que muestra la imagen no corresponde a un país ribereño europeo. Quizás me equivoque, pero puede tratarse de un puerto turco. La cuestión es que allí se permite el desguace de los barcos a pie de mar, y probablemente sin tener muy en cuenta las medidas de seguridad de los trabajadores. Así se deduce de la imprudencia del cámara y los que rondan por la explanada ante la inminente, y programada, llegada de la nave y su consecuente ola.

Sea como sea, el redactor al que le tocó rellenar el hueco del telediario vio el vídeo y debió parecerle interesante. Indagó lo mínimo y despachó el asunto. Resultando que se titula como un accidente lo que es en realidad una práctica poco ortodoxa para deshacerse de un barco en un desguace.

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