3 de abril de 2014

Qué sabemos de san José

Si bien María tiene una radical importancia en la vida de Jesús, las citas que mencionan a su “padre terrenal” son escasas. Los evangelistas Lucas y Mateo recogen en varias ocasiones el nombre del santo, sin embargo su huella se pierde al poco de nacer Jesús.


San José cumple la función mesiánica de unir a Cristo con el linaje de David, según se menciona en la genealogía de Jesús descrita en el Evangelio de san Mateo. Teniendo como origen a Abraham, Padre de la Fe, el evangelista liga en el árbol de Jesé al rey David hasta llegar a José, padre de Jesús. Por tanto la figura de José hace que se cumpla la Escritura cuando Dios dijo a David que de su árbol saldría el vástago que vendría a salvar al Mundo.

Por otra parte, san José es la figura paterna de Cristo en la Tierra, pero no su padre, ni tan siquiera en la condición de biológico. José estaba desposado con María, lo que quiere decir que aún no vivían juntos, pues la boda no se había celebrado. Cuando este se entera del embarazo de María pretende repudiarla y separarse de ella sin levantar escándalo, pero un ángel del Señor se le aparece en sueños indicándole que debe acoger como suyo al niño que María lleva en su vientre. Este sueño y uno posterior que hace a la Sagrada Familia huir de las manos de Herodes le han valido a san José el apelativo de El Soñador, como también lo fuera el hijo de Abraham, José “el soñador”, que interpretaba los sueños de faraón. San José fue para Jesús su Padre Putativo (P.P.), de donde procede el sinónimo Pepe con el que se llama a los que celebran su onomástica el 19 de marzo.

Poco más se sabe de san José como figura histórica; a la que se suma una contundente figura teológica como patriarca de la Sagrada Familia, y de la Iglesia. San José supo estar en su lugar como padre de familia; hombre cauto y callado del que se desconoce todo acerca de su muerte. Quizás por eso es considerado como patrón de la buena muerte.

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